viernes, 27 de mayo de 2011

PREGUNTAS SOBRE RCTV

  

Llegué con puntualidad inglesa a la cita, me senté en primera fila con mis preguntas, no solo en mente, sino también escritas para entregárselas a los panelistas. Esperé con paciencia de relojero la llegada de cada uno de los ponentes. Era el evento “Preguntas y respuestas sobre el caso RCTV”, con funcionarios del sector cultura, el encargado de Comunicaciones de la Asamblea Nacional, Luís Guillermo García y una representante del MINCI.

Como soy respetuoso  de la diversidad de opiniones y de todo aquel que piensa distinto, y por haber padecido los embates de la intolerancia generada por la infame “listascón”, decidí asistir al  encuentro para contrastar la versión oficial con la propia.

Aunque abandoné el recinto por la insolencia de un usuario compulsivo de telefonía celular, y de otros asistentes que groseramente creían ser ellos los expositores, quienes con sus chácharas me impedían escuchar bien a los panelistas. Antes   alcancé, a pesar del escollo,  a oír al periodista García, quien entre otras cosas dijo haber estado “en las fauces del monstruo”, refiriéndose a su permanencia en RCTV durante 10 años, y  conocer los supuestos atropellos a los derechos de los trabajadores de la planta televisiva, el mercantilismo de la empresa, la posición política de sus directivos, entre otros puntos.

Bueno, me valdré de este espacio para preguntar lo que no pude.
¿Cómo explicar el mayoritario respaldo nacional e internacional a RCTV por considerar que el actual gobierno venezolano vulnera la libertad de expresión?  
¿Por qué el Estado pretende garantizar a los ciudadanos el goce y ejercicio de los derechos humanos, especialmente el de la libertad de expresión, cabalmente cerrando un canal de televisión y abriendo otro? 
¿Por qué la medida (injustificada) contra RCTV y no contra otros canales, que supuestamente habrían incurrido en las mismas conductas que se le achacan al canal de Bárcenas? 

¿Es o no la acción contra RCTV una retaliación política?  ¿Merece Venevisión la aplicación de una medida similar? ¿Acaso Gustavo Cisneros no fue señalado por el gobierno de encabezar la conspiración? ¿Acaso se ha olvidado que eran del canal del tigrito las  cámaras  que filmaron en Puente Llaguno el fatídico 11 de abril?

¿Qué tal si se produjere  una decisión  del TSJ favorable a RCTV, respecto a los sendos Recursos de Amparos interpuestos ante ese máximo tribunal?   ¿Se invierte o no la carga de la prueba en el caso RCTV? ¿Debe RCTV demostrar no haber incurrido en los comportamientos que se le atribuyen? ¿Se vulneran a RCTV los  derechos a la defensa, al debido proceso y al libre acceso a los órganos de Justicia? ¿Está el gobierno en condiciones de demostrar las supuestas conductas ilegales que  le imputa al canal?

¿Si el propio Jefe del MINCI afirma que los canales VTV y VIVE no han sido precisamente un dechado de virtudes, cómo  garantizar que el sustituto habría de serlo? ¿Acaso no cuenta el  gobierno  con muchos medios para programar lo que responda a sus propósitos?

¿Por qué no se garantiza a  RCTV el libre y pacífica ejercicio del derecho de preferencia para la renovación de la licencia de transmisión, de acuerdo con el artículo 3 del Decreto 1577 de mayo de 1987 por cuanto ha cumplido con las leyes de la República? 

¿Acaso el  seudo cese de la concesión no es un eufemismo para enmascarar   un cierre arbitrario del medio de comunicación más antiguo del país?
¿Qué opinan  del tipo de periodismo y de televisión de los medios del gobierno?   ¿Es el canal ocho  el summum de la degeneración  mediática”? Mario Villegas dixit.

¡Qué lástima! Aunque creemos conocer las respuestas, solo nos resta confesar la confianza que tenemos en el  TSJ, que tiene en sus manos  hace valer la  Justicia y enderezar ese entuerto.

El país democrático clama por ello, la historia lo registrará.

Jesús Peñalver

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