viernes, 27 de mayo de 2011

PREGUNTAS SOBRE RCTV

  

Llegué con puntualidad inglesa a la cita, me senté en primera fila con mis preguntas, no solo en mente, sino también escritas para entregárselas a los panelistas. Esperé con paciencia de relojero la llegada de cada uno de los ponentes. Era el evento “Preguntas y respuestas sobre el caso RCTV”, con funcionarios del sector cultura, el encargado de Comunicaciones de la Asamblea Nacional, Luís Guillermo García y una representante del MINCI.

Como soy respetuoso  de la diversidad de opiniones y de todo aquel que piensa distinto, y por haber padecido los embates de la intolerancia generada por la infame “listascón”, decidí asistir al  encuentro para contrastar la versión oficial con la propia.

Aunque abandoné el recinto por la insolencia de un usuario compulsivo de telefonía celular, y de otros asistentes que groseramente creían ser ellos los expositores, quienes con sus chácharas me impedían escuchar bien a los panelistas. Antes   alcancé, a pesar del escollo,  a oír al periodista García, quien entre otras cosas dijo haber estado “en las fauces del monstruo”, refiriéndose a su permanencia en RCTV durante 10 años, y  conocer los supuestos atropellos a los derechos de los trabajadores de la planta televisiva, el mercantilismo de la empresa, la posición política de sus directivos, entre otros puntos.

Bueno, me valdré de este espacio para preguntar lo que no pude.
¿Cómo explicar el mayoritario respaldo nacional e internacional a RCTV por considerar que el actual gobierno venezolano vulnera la libertad de expresión?  
¿Por qué el Estado pretende garantizar a los ciudadanos el goce y ejercicio de los derechos humanos, especialmente el de la libertad de expresión, cabalmente cerrando un canal de televisión y abriendo otro? 
¿Por qué la medida (injustificada) contra RCTV y no contra otros canales, que supuestamente habrían incurrido en las mismas conductas que se le achacan al canal de Bárcenas? 

¿Es o no la acción contra RCTV una retaliación política?  ¿Merece Venevisión la aplicación de una medida similar? ¿Acaso Gustavo Cisneros no fue señalado por el gobierno de encabezar la conspiración? ¿Acaso se ha olvidado que eran del canal del tigrito las  cámaras  que filmaron en Puente Llaguno el fatídico 11 de abril?

¿Qué tal si se produjere  una decisión  del TSJ favorable a RCTV, respecto a los sendos Recursos de Amparos interpuestos ante ese máximo tribunal?   ¿Se invierte o no la carga de la prueba en el caso RCTV? ¿Debe RCTV demostrar no haber incurrido en los comportamientos que se le atribuyen? ¿Se vulneran a RCTV los  derechos a la defensa, al debido proceso y al libre acceso a los órganos de Justicia? ¿Está el gobierno en condiciones de demostrar las supuestas conductas ilegales que  le imputa al canal?

¿Si el propio Jefe del MINCI afirma que los canales VTV y VIVE no han sido precisamente un dechado de virtudes, cómo  garantizar que el sustituto habría de serlo? ¿Acaso no cuenta el  gobierno  con muchos medios para programar lo que responda a sus propósitos?

¿Por qué no se garantiza a  RCTV el libre y pacífica ejercicio del derecho de preferencia para la renovación de la licencia de transmisión, de acuerdo con el artículo 3 del Decreto 1577 de mayo de 1987 por cuanto ha cumplido con las leyes de la República? 

¿Acaso el  seudo cese de la concesión no es un eufemismo para enmascarar   un cierre arbitrario del medio de comunicación más antiguo del país?
¿Qué opinan  del tipo de periodismo y de televisión de los medios del gobierno?   ¿Es el canal ocho  el summum de la degeneración  mediática”? Mario Villegas dixit.

¡Qué lástima! Aunque creemos conocer las respuestas, solo nos resta confesar la confianza que tenemos en el  TSJ, que tiene en sus manos  hace valer la  Justicia y enderezar ese entuerto.

El país democrático clama por ello, la historia lo registrará.

Jesús Peñalver

FUERA DEL AIRE



Se acercaba la hora de “la conciencia y del pensar profundo” como una “fiera implacable y cruel”. No bastó rezar, implorar, infructuosas fueron las preces y las invocaciones. Se aguardaba  el último minuto, el preciso instante para que muriera algo connatural e inmanente a la persona humana: saldría del aire la señal de RCTV; después de 53 años de luz algo se oscurecía sin lógica explicación y la libertad de expresión recibiría una artera puñalada y se iría también una parte de nosotros mismos.

No se  esperaba la muerte de un año como sabiamente poetizó Andrés Eloy en “Las Uvas del Tiempo”,  era la muerte de toda una historia de  un país. Algo nuestro nos abandonaba, lo perdíamos, aunque nuestros corazones y nuestra memoria llenos estén de recuerdos inolvidables.

Adiós y despedida de lo que nos pertenece por naturaleza: la libertad de expresión, porque cerrar un canal de televisión haciendo ver (imponer, mejor dicho) a troche y moche que se trata de una medida ajustada a Derecho, no es otra cosa que una muerte vestida de cese o término de una concesión. Muerte que, aunque anunciada, muchos albergábamos la esperanza de un  riiiing telefónico desde las alturas del poder que impidiera ese fallecimiento, ese garrafal error, ese daño que se avecinaba; pero, consumatum est.

Ya emitidas las sendas sentencias del TSJ, quien escribe mantuvo en un recodo del ser una viva ilusión, un anhelo, una esperanza para la suprema rectificación que proviniera de la persona que hoy gobierna a Venezuela  con mucho poder, y  perdonara el pecado de pensar distinto, de no ceder ante la arbitrariedad y la retaliación política.
Pero no, todo estaba dicho, la sentencia debía cumplirse. Se cerraba precisamente el canal más visto, el más popular, el que genera más empleos, el de mayor tecnología disponible, el que ha servido de escuela para muchos; pero al propio tiempo uno de los que ha mantenido una posición de firme y decidida crítica a la gestión pública del gobierno de turno, y esto último pareciera no merecer el perdón de los poderosos.

Más allá del respaldo nacional e internacional a RCTV, del destino incierto de más de tres mil trabajadores, de los argumentos jurídicos suficientes de RCTV para oponerse al cierre, del carácter arbitrario de la medida gubernamental que vulnera la libertad de expresión (entre otros derechos y garantías), de la pretensión del gobierno de garantizar el goce de derechos, curiosamente cerrando un canal de televisión; más allá del trato desigual respecto a otros canales que parecieran encontrarse  en similar situación, de la absurda e improbada condición “imperialista-oligárquica-mediática-golpista” de RCTV, más allá de estos aspectos, me detengo en la gran oportunidad que dejó pasar el TSJ y no decidir conforme a Derecho y a la Justicia, porque como dice el Juez español Baltasar Garzón: “Los ataques al estado de derecho deben responderse desde el estado de derecho”.

¿Acaso no procedía la medida cautelar que comportaba la suspensión del cierre? ¿No debía instaurarse un procedimiento a RCTV para comprobar sus supuestas conductas ilegales? No más preguntas por ahora, no tienen caso. Llegó la hora y hubo que apagar los trasmisores, mientras simultáneamente se encendían más y más  corazones libertarios en favor de un verdadero régimen democrático, en actitud de condena del hecho que ha pasado a ser un fatídico capítulo de la historia  de la comunicación, la información y la libertad en Venezuela.

“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” (García Márquez dixit) ¿Cómo se recordará mañana ese aciago día  27 de mayo?


Jesús Peñalver



sábado, 21 de mayo de 2011

La mirada de la Justicia.



Ha dicho la flamante Presidenta  del Tribunal Supremo de Justicia de nuestro país, que “el modelo de justicia cubano sirve de referencia para lograr los cambios que se promueven en Venezuela”. Tamaña sentencia es una aberración que nos  produce repulsa, porque sencillamente cualquier ejemplo del modelo cubano resulta inaplicable en Venezuela, y altamente odiosa sería cualquier comparación entre ambos sistemas. Y mire que el nuestro no está pasando por su mejor momento.
Aunque debe ser ciega, imparcial e igualitaria en su trato con las personas y obedecer a la definición que de ella nos legara el jurisconsulto y compilador romano Ulpiano: “La Justicia es la constante y perpetua voluntad de darle a cada uno lo suyo en derecho”, recientes acontecimientos nos revelan que en el país la justicia no es precisamente ciega, por el contrario, parece mirar de reojo, haciendo guiños de complicidad con la barbarie en ciertos, determinados y muy sonados casos. Parece observar con sus ojos enormes y bien o ¿mal? abiertos, como atendiendo a los designios de no sabemos quien para infligir sus demoníacas y despiadadas sentencias.
De los desafueros cometidos por los operadores de justicia (jueces, fiscales, defensores…), como correctamente se ha venido haciendo, hay que dejar constancia, registro o prueba ante los órganos encargados de atender denuncias o acciones por parte de quienes se sienten afectados por la acción u omisión de aquéllos.  El propósito no es solamente para fines de registro histórico, sino que, agotadas las instancias venezolanas, quedarán las internacionales por ante las cuales se podrá intentar ulteriormente y llegada la oportuna hora, las acciones de reparación o resarcimiento de daños y restitución de la legalidad.
En el futuro no se podrá argumentar que en el afán de prédica de la democracia participativa o protagónica, o de la defensa a ultranza del gobierno chavista, cuidando cargo y obedeciendo órdenes, alguien sea capaz de denegar justicia y en su lugar cometer atropellos, burlándose del estado de derecho que preconiza la Constitución Nacional.
Conviene poner de bulto –una vez más- el caso de la Jueza María de Lourdes Afiuni, privada de libertad por venganza privada. Dicho sea de paso, la honorable magistrada Blanca Rosa Mármol de León, de la sala penal del T.S.J, le dispensó una visita en su casa-cárcel, lo cual deja un mensaje claro acerca del status de justicia en Venezuela.
A esto se añade (para el momento en que pergeñamos esta nota), la decisión de la Corte de Inmigración de los EE. UU, que en uso de sus facultades legales otorgó, asilo político al empresario venezolano Eligio Cedeño, a quien cabalmente la jueza Afiuni, actuando conforme a derecho, le  concedió medida cautelar de libertad.
Como es harto conocido, en su expediente no consta haber pedido, hacerse prometer ni mucho menos haber recibido dinero, y el propio Ministerio Público expresó no existir pruebas que incriminen ni inculpen en modo alguno a la referida jueza titular por los hechos investigados.
La tesis peregrina y chapucera de "corrupción espiritual", solo existe en la mente de los ignorantes y serviles, pues en el ordenamiento jurídico venezolano no.
De manera que, si existiese  un pleno Estado de Derecho, con garantía de las libertades públicas y derechos individuales, el asilo  político otorgado a Eligio Cedeño debe ser considerado como un elemento más para comprobar  la inocencia de la jueza Afiuni, que su proceder como jueza estuvo ajustado a derecho, de modo que la decisión de la Corte estadounidense debe ser aportada a juicio y obrar en su favor.
Siendo que abundan los delito de corrupción  y el tufo a impunidad es alarmante, sobre todo si se observa vida ostentosa de numerosos funcionarios, uno se asombra cuando  las autoridades ponen la lupa precisamente a los funcionarios públicos abiertamente identificados con la oposición política venezolana o a los  líderes de ésta última que marcada y sostenidamente, se oponen al actual gobierno.
Más grave aún cuando ni siquiera cumplen con las formalidades, sino que se saltan los pasos o requisitos que imponen las leyes.
El asunto de los Comisarios y efectivos policiales y el adefesio jurídico que todos conocemos,  es lo más infrahumano que hayamos podido constatar en nuestra modesta carrera de ejercicio profesional.
Se trata de una garrafal  injusticia que se revela en la desigualdad a la hora de juzgar los hechos y a las personas señaladas como responsables. No hay que olvidar la forma como se ha venido sentenciando en el país, pues les cuesta a los jueces –en su mayoría provisorios- tomar una decisión que pueda molestar al gobierno rojo rojito.
Jesús Peñalver


LUISA ESTELLA MORALES QUIERE UN TSJ A LA CUBANA - Simón Boccanegra

La eminente jurisconsulta Luisa Estella Morales ha considerado que aquí enVenezuela tenemos mucho que aprender del sistema judicial cubano. A la señora no le basta con haber colocado el TSJ al servicio de Yo-El-Supremo y de haber reducido casi a cenizas la independencia del Poder Judicial.
 

No, ella quiere más. Quiere la supresión absoluta de toda independencia a todos los niveles. No sólo principalmente al del TSJ. Nada de juezas como Afiuni o algunas otras y otros que han aplicado la ley conforme a sus criterios. No, la señora (porque "doctora" ya le queda grande) quiere que toditos los jueces del país obedezcan militarmente las órdenes de arriba. Ya ella misma había expresado que eso de la independencia de los poderes era un resabio burgués, que debía ser erradicado.
 

Ahora se apoya en el sistema cubano para reforzar sus "argumentos". Por si la señora no lo sabe, el sistema cubano es copia al carbón del sistema nazi, el cual lo calcó, a su vez, del sistema soviético, ambos verdaderas abominaciones de la justicia. La señora Morales podría completar su formación leyendo un libro sobre el sistema nazi titulado Los Jueces del Horror. Allí podría recibir abundante información sobre cómo operaba la justicia que a ella le gusta, esa que no hace sino cumplir la voluntad del autócrata, del partido del autócrata y de los intereses del autócrata ­del dueño de todos los poderes. Uno de los peores legados de Hugo Chávez va a ser ladegradación moral y la miseria ética en que dejará sumidos a buena parte de los servidores públicos que se han arrastrado ante él. 

Tomado de TAL CUAL

sábado, 14 de mayo de 2011

A @Mariafiuni, La justicia te visita


En tu lar una ilustre visitante,
vestida de jardín y puro aroma,
Blanca Rosa, justicia que se asoma,
y te invita a que sigas adelante.

No pierdas la esperanza, fe constante
que quienes creen que la justicia es broma,
no ven que la visita es un diploma,
de mármol, de león y edificante.

Sentidas alabanzas al supremo,
digo al Dios bendito, al otro temo,
pues te ha cerrado puertas y ventanas.

Ya tendrás María en tus oraciones,
con una blanca rosa más razones,
de ser dos insignes venezolanas.




Jesús Peñalver

Los Caobos 14 mayo 2011

EL ANONIMATO DE LOS TONTOS



Ante el hecho bochornoso de personas inescrupulosas que excretan perversión, que padecen de enanismo interpretativo, de complejos insuperables y de escasez intelectual; que creyéndose amparadas en el anonimato se dan a la tarea de vomitar toda clase (sin clase) de insultos en las redes sociales contra quienes pensamos distinto, he decidido pergeñar esta nota, no en forma anónima, obviamente, pues damos la cara y la conciencia,  no hacemos comparsas ni tenemos alcancías en los corazones ni tarifas en la dignidad.

Sus discursos, por llamarlo de algún modo, constituyen solo engañosos e insultantes mensajes panfletarios, repletos de frases hechas, manidos recursos lingüísticos, eso sí, siempre los tontos anónimos intentan copiar, a cabalidad y sin reparos, a los líderes de las manadas.

Por la actitud de estos borregos, solo sentimos la conveniencia de señalar categóricamente, que en regímenes democráticos, es deber como servidor público  informar sobre la veracidad de los hechos que se denuncian o de aquellos sobre los cuales se tiene noticias. Incluso, es deber de todo ciudadano o administrado denunciar cualquier delito.

Muchas son las ofensas, y casi siempre falseados  e inexactos los datos o informaciones que se mencionan en esos espacios, incluso en pasquines que hacen circular en oficinas públicas o privadas, fuera de las redes sociales.

Pareciera que el poseso no tiene interés alguno en aclarar los infames señalamientos allí contenidos, bien porque  se trata de eso, de escritos apócrifos, que como es sabido,  en ellos se ocultan los cobardes y lo ruines que no son capaces de afrontar una denuncia por carecer de base, y solo obedecen a fines inconfesables.  O sencillamente, se trata de grupetes de sapitos comunicacionales que croan y croan y croan, y luego pasan por taquilla a retirar la tarifa y tomarse la foto.

Es de cobardes el artificio del  anónimo, nada serio. Quienes lo usan se envilecen y es propio de los que no tienen razón, de aquéllos que solo persiguen mancillar la honorabilidad de las personas, que niegan alevosamente la posibilidad de rectificación, si fuere necesario, de corregir errores, si se cometieren o de subsanar omisiones.

Sé de muchas personas que se abstienen de emitir opiniones, pues temen caer en las “redes” de estos alacranes que, supuestamente haciendo  uso ilimitado del derecho de usuarios, desde el más absoluto anonimato profieren insultos y venenos contra quienes se atreven a escribir, a musitar una palabra o trinar un tuit, en el caso de la red social conocida como twitter.

A la práctica sistemática del gobierno de ir cercenando la libertad de expresión, lo que se evidencia de cierres de espacios (Tv y emisoras de radio), supresión de publicidad, ataques a la empresa privada, persecución y acoso a los periodistas, sospechosa adquisición de medios, y un largo etcétera, se suma esta práctica macabra, cobarde y odiosa de los tontos anónimos que agreden, insultan amenazan, y en fin, contribuyen o inducen en cierto modo a que se imponga algo que es más grave que la censura: La autocensura.

No hay forma mejor de zanjar las diferencias que el diálogo, la discusión prolífera, el debate de las ideas; pero quizá ello no sea entendido por la claque que se cree dominante, protegida y avalada por el poder. Por tal razón soy capaz de comprender a quienes dejan de escribir, bien en diarios de opinión o en las redes sociales, porque la verdad sea dicha, los tontos y cobardes anónimos llevan ventaja.

Es bueno que los sapitos comunicacionales y aduladores sepan, que en el C.I.C.P.C funciona una dependencia encargada de  analizar, investigar y hacerle seguimiento a estos hechos bochornosos y constitutivos de delito, de modo que no se sientan tan protegidos, que la justicia es probable llegue algún día, y será entonces cuando se les acabará la manguangua de la tarifa con impunidad y tiques alimentación.

Cobardes, no hay nada que les defina mejor, cayaperos, lanzan piedras desde la turba del anónimo que les resguarda.

Quienes persistan en las reiteradas ofensas, no podrán quitarnos por lo menos el derecho a sentir vergüenza ajena.

Quédense allí, en el anonimato, tontos.

Jesús Peñalver



viernes, 6 de mayo de 2011

MATERNIDAD



Valeria parió  una niña. Con su llegada libre de pecado, solo pureza y amor, ha llenado de  dicha a su familia. Ya no importa quién la embarazó, aunque el padre esté cerca. Ahora la madre ve en los ojos de su hija la mirada de Dios, da gracias al cielo y ahora ejerce el oficio materno con amorosa dulzura.

La maternidad es para celebrarla; a veces las cosas no pasan como las planeamos, como se esperan o como lo  imponen los convencionalismos sociales. En todo caso, hay que decirle sí a lo que es, y hoy digo a esta joven madre -me la imagino con su niña en los brazos- que quiera y respete más a sus padres, que agradezca el cariño y cuidados recibidos, que perdone y se perdone.  Valeria  no tiene la culpa de nada que no sea vivir.

Ágata no pudo dar a luz en su primer embarazo,  le fue interrumpido –vaya usted a saber la razón- y lejos de cuestionar el triste acontecimiento, sentí  la pena de apuntarles a quienes la llevaron a eso, que quizá esa haya sido la única oportunidad que tendría en la vida para coronarse como mujer. Ágata se confió. Su regla no era regular. Su período no era el normal  que experimenta la mayoría de  las mujeres. Era  esporádico, y quizá por esa condición personal  llevaba una vida  íntima libre y sin cortapisas,  a lo mejor llena de amor y de promesas de pareja, hasta  que su vientre se llenó de una criatura, de un diminuto ser que merecía vivir.

Pero Dios, que es  Todopoderoso e  infinitamente amoroso, la protegió y le permitió concebir a un hermoso niño. Hoy nadan en un verdadero mar de felicidad, en sana paz. 

Isabela, por su parte,  parió felizmente al hijo que llevaba en sus entrañas (una niña que resultó ser una Victoria de amor). Hoy hace uso  del poder que tiene de dar vida, más allá del rechazo o aprobación que su embarazó recibió. Da gracias a Dios por  esa nueva vida que trajo a este pícaro mundo.  Isabela le da a la niña  el maternal cuidado que necesita, la acompaña en  todo momento,  desde entonces y hasta siempre.

Con estas historias, en vísperas  de su día, quiero expresar un    reconocimiento a  todas las madres, y a los hijos  y padres, recordando los versos de Andrés Eloy Blanco que hoy cobran más sentido que nunca: “cuando se tiene un hijo se tienen todos los hijos de la tierra”. Porque cuando miramos al fondo de sus ojos se descubre en ellos la mirada infinita de  Dios, sin maldad, sin pecado, solo amor, paz y misericordia.
Y en este día, de los  más cargados de sentimientos y más ungidos de amor –carácter comercial aparte- , pues  como dijo el poeta  Virgilio: Amor Omnia Vincit, el amor siempre vence. Porque la Madre, es en la tierra, el centro de todos los afectos más puros y el término de las acciones más nobles.  Por algo el vientre de la madre fue como el horno donde se cocinó la materia del corazón y se forjó el carácter; por algo los brazos maternales la primera, dulce y suave cuna en donde se meció el cuerpo del hijo; por algo el pecho de la madre fue el primer surtidor de alimento y el más tierno regazo para el hombre en formación; por algo sus labios fueron los primeros en dejar caer sobre los recién abiertos labios infantiles la dulzura de los besos; y su lengua la que enseñó a balbucear las primera palabras; y sus gestos, los que dieron expresión a las primeras ideas y trazaron para siempre, como el camino de estrellas, los caminos del bien.

La madre es la gran modeladora. Dijo bien quien afirmó: "La mano que mueve el mundo".   La madre es la luz que nos ilumina, es el faro que aclara nuestro firmamento, la que agranda nuestra suerte, por eso la amamos y la veneramos.

Los hombres son lo que quieran las madres. Por eso digo a mis hijos, y a todos los hijos del mundo,  que sigan siendo ejemplo del amor y la alegría de la vida; que se acerquen  a la poesía que es una madre noble y sigan amando a su mamá; regálenle flores y  caminen tomados de su mano.

Por eso este día, consagrado a la glorificación de la Madre, es un día de tan profunda resonancia y lleno de alegría y de unción. 


Jesús Peñalver

domingo, 1 de mayo de 2011

¿Gobierno del pueblo?




Después de proferir tantos improperios en contra de los venezolanos que  piensan distinto  a él; luego de cometer muchos y disímiles desatinos en su mala gestión de gobierno; no cansado de ofender y maltratar a todo aquél que no  comparte las políticas de su  viejo gobierno de doce largos años y al que sigue llamando, indistintamente,  proyecto, proceso o revolución, dice ser, representar y encarnar el pueblo mismo.

El líder de la “bonita revolución”   arremete con sus amenazas y ofensas contra el honor de quienes  adversan  legítimamente su modelo autoritario. El sempiterno candidato (hoy presidente) del partido rojo rojito, nos viene con un discurso simplista y seudo amoroso, pleno de supuestas  buenas intenciones, como si no ha pasado nada, pretendiendo  convencer al electorado de que ha sido con amor que ha dividido al país.

Ofreciendo villas y castillos, agua y sal, sigue la compra-venta de sueños y conciencias. El señor presidente se siente dueño y señor, pues todos los poderes del Estado están postrados a sus pies. ¿Acaso es poca cosa las cadenas diarias para, a juro, a golpe y porrazo, convencernos de que él es el pueblo? Si él es pueblo, cabe colegir que éste es abusivo, prepotente y forajido por actuar al margen de la ley; por violar el ordenamiento jurídico vigente. ¿Es así?

Sabemos quién  nos ha colocado en esa odiosa situación dilemática: si no piensas igual a mí, eres mi enemigo; entendemos porqué se ha incrementado la inseguridad; conocemos la intención de secuestrar la educación de nuestros hijos e intervenir en su formación arbitrariamente; observamos como se ha regalado tanto dinero a otras naciones, olvidándose descaradamente de las penurias que ha vivido y vive  el pueblo venezolano durante su gestión.

El pueblo no puede ni debe olvidar que “con amor” fueron diseñadas las infames y dañinas listas excluyentes,  y no digo más, en cuanto a eso

Las cuñas, cadenas y abundante propaganda demagógica no es otra cosa que un ataque a la inteligencia, al honor y a la dignidad de los venezolanos. Aún más, significa una  burla al pueblo, y al propio tiempo un reconocimiento a la incapacidad e ineficiencia de este  gobierno doceañero.

¿Por qué este otro ataque grotesco al electorado? ¿A quién está dirigido ese mensaje mentiroso?  ¿Acaso el candidato del gobierno le habla a  la clase media o a la media baja? ¿O a cuál clase?

Señores, sin ánimo de meterme en análisis interpretativos insondables en materia de sociología política, hoy  para nadie es un  secreto que eso de clases sociales es muy relativo, inclusive hay dudas acerca de si existe la tan mentada clase media o si la misma haya disminuido notablemente, con tendencia a desaparecer.   Conozco a mucha gente aturdida, ofendida y obstinada por la bendita propaganda “amorosa”, ofreciendo casas, carros y dotaciones en general.

En Venezuela,  país declarado constitucionalmente como un Estado democrático y social de derecho y de justicia, vemos con frecuencia como se arremete impunemente contra el honor de las personas, usando un soez  lenguaje para ofender y satanizar al que piensa distinto, o a aquél que formula alguna crítica al algún funcionario público.

Volviendo al honor personal,   hoy expreso  a todo ese colectivo venezolano que aspira un cambio en el país, un nuevo rumbo, a esa gente que reprueba  y rechaza los exabruptos vertidos en los discursos del candidato-presidente, y sus cuñas preñadas de buenas intenciones que pretende conquistar hoy la confianza del electorado, que no caigan en esa trampa que nos llega vestida de azul.
Por ello es imperativo rebatir con ideas y conceptos bien definidos la campaña continuista del gobierno, y una vez obtenido el triunfo, se impondrá la  necesaria voluntad de diálogo y de reconciliación nacional que nos permita superar las diferencias y reimplantar el Estado de Derecho en Venezuela.

Esa supuesta identificación del que manda con el pueblo, y en realidad falsa, la practican todos los mesiánicos: Perón y su Evita, Hitler, Stalin, Noriega, entre muchos otros, y hasta el Fidel Castro de los primeros años –hace tanto que se le olvidó- para justificar su apego al poder, para hacerle creer a los incautos e ingenuos esa mentira en procura de su apoyo. 

Esa falsa identificación con el pueblo es la mentira para justificarse en nombre de ellos.  Pero los tiranos comienzan por creérselo ellos mismos.

Bastante maltratado está el pueblo de Venezuela, por eso vale la pena recordar lo que dijo Cervantes “al que maltrates con obras, no maltrates también de palabras, pues al pobre  le basta  el primer martirio”.   


Jesús Peñalver       













AMNISTÍA JUSTA Y NECESARIA.




En Venezuela,  un  país declarado constitucionalmente como un Estado democrático y social de derecho y de justicia, en cuya Carta Magna se propugna: Artículo 19. "El Estado garantizará a toda persona, conforme al principio de progresividad y sin discriminación alguna, el goce y ejercicio irrenunciable, indivisible e interdependiente de los derechos humanos. (omissis)"  el Estado debe asumir su responsabilidad en este delicado campo de atención social y ofrecer una respuesta completa, oportuna, integral y acorde con los postulados de la Constitución Nacional para que la Justicia, que es un valor fundamental de la democracia, se imparta sin discriminación alguna.

En el caso lamentable de los comisarios Vivas, Forero y Simonovis, y los agentes de la PM, a quienes se les ha negado  el beneficio de la Amnistía, contenida en el Decreto-Ley dictado por el Presidente Chávez, se ha puesto  en evidencia, una vez más,  las costuras de un sistema de justicia deficiente, al que le falta la  probidad  e imparcialidad suficientes que garanticen el ejercicio de ese preciado derecho, que es el acceso a la Justicia oportuna, gratuita, sin fórmulas innecesarias y sin discriminación alguna. 

Recordemos que la Amnistía, en principio y conforme con la Constitución Nacional, es un acto que debe provenir del Poder Legislativo, es decir, debe estar contenido en una Ley que suprime cualquier juicio o penas, anulando por así decirlo, cualquier consecuencia de una concreta o supuesta acción punible. Generalmente se refiere a delitos de contenido o índole político. 

Como ha dicho un respetado editor, “para no buscarle las cinco patas al gato” admitamos que el Presidente, en ejercicio de la Ley Habilitante, ha podido dictar ese Decreto con rango y fuerza de Ley. Por nuestra parte agregamos, que en virtud del principio de la favorabilidad de todo cuanto beneficie a los reos, procesados o condenados, y visto que, en el presente caso,  estas personas no han sido señaladas ni imputadas –procesalmente hablando- por delitos de lesa humanidad ni por violación grave de los Derechos Humanos,   las mismas han debido ser beneficiarias  ipso jure (de pleno derecho) de la Amnistía que titula esta nota.

Otra oportunidad que se pierde. No se puso de bulto la solidez ética de los operadores de justicia, la cual debe estar, al igual que ocurre con la responsabilidad que tiene el Estado en el esquema democrático, libre de cualquier presión, ambigüedad o sospecha de interpretación amañada, porque es la base de su posicionamiento frente a una conducta, en este caso la  discriminación, pues la  amnistía “luce” selectiva,  hecho  que socava la ética, los derechos humanos y la moral de una sociedad civil democrática.

El acceso a la justicia debe traducirse en acciones efectivas que no se verifican a través de su ejercicio abstracto, sino mediante la oportuna intervención de recursos humanos (jueces, fiscales y demás operadores de justicia) que gestionan la capacidad, probidad, independencia e imparcialidad del Poder Judicial.

Tenemos entendido que existe un proyecto nuevo de Ley de Amnistía, nos queda esperar la suficiente voluntad política en el parlamento venezolano, y su destino no sea otra gaveta. Ojala esa Ley tan justa y necesaria  permita devolver calma y sosiego a tantos hogares venezolanos, hoy privados de la luz de la felicidad familiar.

Sabemos que la justicia militar suele ser injusticia; pero los  Los privilegios militares no deben producir injusticia a los demás, como dijo el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa. (El Nacional. Caracas 17 de agosto de 1976)



 
JESUS PEÑALVER