domingo, 31 de octubre de 2021

 PACTO DE PUNTOFIJO.

El 31 de octubre de 1958, se firmó en la Quinta "Puntof deijo", propiedad de Rafael Caldera, el acuerdo entre AD, COPEI y URD, siendo excluido el PCV (Partido Comunista Venezolano). Los signatarios del Pacto de PuntoFijo se comprometían a actuar conjunta y solidariamente en torno a tres aspectos:
1.- Defensa de la constitucionalidad y del derecho a gobernar conforme al resultado electoral: se explica allí que, cualquiera que fuese el partido que ganase las elecciones, los otros dos se opondrían al uso de la fuerza para cambiar el resultado;
2.- Gobierno de unidad nacional: se formaría un gobierno de coalición y ninguno de los tres partidos tendría la hegemonía en el gabinete ejecutivo;
3.- Los tres partidos se comprometían a presentar ante el electorado un programa mínimo común.
Denostado por muchos a lo largo del tiempo; esos que llegaron al poder por medios que la democracia ofrecía, la han arruinado acabando así con el país, con sus instituciones y sus gentes. Satanizaron un acuerdo político que sirvió de base a una convivencia democrática.
Puntofijo, así se llamaba la casa del doctor Rafael Caldera, en Caracas, donde cabalmente se firmó el pacto del mismo nombre, calificado por Manuel Caballero como “el documento más importante en la historia de la República de Venezuela después de 1830” (La peste militar, p. 20)
Los firmantes del pacto fueron Rómulo Betancourt, Raúl Leoni y Gonzalo Barrios (AD), Jóvito Villalba, Ignacio Luis Arcaya y Manuel López Rivas (URD) y Rafael Caldera, Pedro del Corral y Lorenzo Fernández (Copei), reunidos en Caracas, en la residencia de Caldera, como se dijo antes, de nombre Puntofijo.
Yo viví durante la vigencia del Pacto de Puntofijo, y a mucha honra.
Jesús Peñalver
Caracas 31 de octubre de 2021

A TEODORO PETKOFF, IN MEMORIAM

 TAL CUAL LO EXPRESO (escrito hace tres años)

Ha muerto Teodoro Petkoff (1932-2018). Con su partida se apaga otra voz, sin ver el final de esta pesadilla, aunque desde su lugar (varios fueron sus sitios de lucha) no dejó de hacer lo necesario para que terminara esta pena que padecemos los venezolanos desde hace veinte tortuosos años.
No conforme con arremeter contra él de todas las maneras posibles: salidas de diarios, restricciones de papel, juicios, prohibición de salida del país, entre otras tantas tretas y trastadas del régimen, jueces, fiscales y médicos chavistas, de consuno para declarar a Teodoro Petkoff -sin proceso legal alguno- incapaz o entredicho, confabulados todos para disminuir su capacidad jurídica como persona, limitándola a lo que aprobara un tutor.


La muerte civil decretada por la peste. Una diminutio plena llamaban los romanos. Sin duda, otra desgracia del ch... abismo, de suyo imperdonable, haber decretado la muerte civil de Teodoro, usando argucias legales para callarlo, disminuirlo, coartando así sus libertades y derechos.
Teodoro ganó el premio Ortega y Gasset, y por tener prohibición de salida del país, el mismo Felipe González se lo trajo a su casa. Tal Cual. El político le habría dicho al exmandatario español: “no voy a recibirlo personalmente porque no puedo salir del país y yo no le voy a pedir permiso a Diosdado Cabello”.
Por mi parte releeré "Checoslovaquia, el socialismo como problema", de su autoría. Allí el venezolano nacido en Maracaibo, y que hoy nos deja, marcó distancia con el comunismo, y dio un viraje a sus ideas y planteamientos políticos. Porque como él bien decía: “Sólo los tontos no cambian de opinión". Conviene también leer -releer- La Dos Izquierdas, del mismo autor.
El coraje hay que usarlo en la lucha cívica contra las injusticias imperantes. Vocación democrática y devoción libertaria para seguir adelante. Como hizo Teodoro, un ciudadano Tal Cual, identificado como un hombre directo, nada complaciente ni sumiso ante el poder, y combativo. Que no quede duda, hasta su muerte fue crítico de aquel desquiciado milico golpista, y de su sucesor, Nicolás Maduro.
De Teodoro había dicho García Márquez: "Sólo hay dos cosas que le causan miedo, que son las matemáticas y la tribuna de los discursos, pero en ambos casos lo domina muy bien. En cambio no le tiene miedo al tiempo, y eso es tal vez lo que mejor define su vida: le alcanzará para todo".
En esta hora extiendo mi abrazo a Elías Pino Iturrieta, Boris Muñoz, Ezequiel Borges, Tulio Hernández, Laureano Márquez, Fernando Rodríguez y a otros tantos más que sé han sentido la partida del amigo, del colega, del maestro.
Jesús Peñalver
Caracas 31 octubre 2018