viernes, 25 de junio de 2010

OTRA VEZ EL COCO.

Otra vez acecha el personaje siniestro al que se le teme en todas sus formas de presentación: El coco, el espanto, fantasma o sombra amenazante. ¿Es una tiniebla, es un adefesio o un duende? Porque Superman no es.

Es el poder que vuelve a arremeter contra los medios de comunicación que no le son afectos; que no le siguen ni aplauden afanosamente sus ocurrencias.

Un parlamentario gallero del PCV ha dicho peregrinamente que: “Globovisión es el papá de los helados en materia de propaganda contrarrevolucionaria”, eso sí, lo dijo luego del pronunciamiento que hiciera el oriundo de Sabaneta de Barinas, amenazando al canal privado. Por si fuera poco, el diputado del gallito rojo calificó a Globovisión de “enemigo” y dijo que si fuera por ese partido, el canal privado sería liquidado.

¿Acaso habrá que esperar lo mismo que ocurrió con Radio Caracas Televisión?, la hora de “la conciencia y del pensar profundo” como una “fiera implacable y cruel”.
Entonces, cuando Rctv, no bastó rezar ni implorar.

Infructuosas fueron las preces y las invocaciones, así como las acciones legales hasta por ante el TSJ. Se aguardaba el último minuto, el preciso instante para que muriera algo connatural e inmanente a la persona humana: saldría del aire la señal de Rctv. Después de 53 años de luz algo se oscurecía sin lógica explicación y la libertad de expresión recibiría una artera puñalada y se iría también una parte de nosotros mismos.

El anuncio lo hizo un día de los Inocentes. Ahora lo ha hecho durante el día de las madres. Es que el poder pareciera ser muy preciso, oportuno a la hora de hacer sus temerosos anuncios.

Ojalá no tengamos que decir adiós a otro medio de comunicación, y de suyo, renunciar a algo que nos pertenece por naturaleza: la libertad de expresión.

Cerrar un canal de televisión (o cualquier medio) pretendiendo convencer de que se trata de una medida ajustada a Derecho, no es otra cosa que una muerte vestida de pseudos procedimientos legales como pretextos de quienes ejercen a troche y moche el poder desmedido.

Ya se sabe que Conatel cumple órdenes, y las sentencias a las que nos tienen acostumbrados los tribunales, incluso el TSJ, son harto conocidas. Por eso quien escribe ya no conserva ningún recodo en su ser, ni una viva ilusión, ni un anhelo ante la nueva amenaza de quien, teniendo todo el poder, no quiere en modo alguno que se le critique, se le observe, se le lleve la contraria.

Quizá una esperanza para la suprema rectificación que proviniera de esa misma persona que hoy gobierna a Venezuela con mucho poder, y perdonara el pecado de pensar distinto, de no ceder ante la arbitrariedad y la retaliación política; pero para ello se requiere del consenso unitario de la oposición, de la verdadera voluntad de diálogo que conduzca a la reconciliación.
¿Iluso? Quizá.

Cerrado Rctv, nos queda el canal del globo, que hoy, a pesar de no llegar a todo el país en señal abierta, parece ser el más visto, el más popular, cuyas transmisiones generan más opinión y por tanto mayor credibilidad. De allí la persecución y el acoso.

El respaldo a Globovisión es nacional e internacional. Hasta el esposo de la presidenta de Argentina se ha pronunciado a favor de la existencia de muchos medios de comunicación, en clara alusión al peligroso anuncio de su amigo el señor Chávez Frías.

De verdad, ojalá no llegue la hora de apagar los trasmisores, ni de dejar a muchos trabajadores sin sus empleos. De ocurrir, tendrán que encenderse más
y más corazones libertarios en favor de un verdadero régimen democrático, en actitud de condena de otro hecho –de consumarse- que pasaría a ser un fatídico capítulo más de la historia de la comunicación, la información y la libertad en Venezuela. Dice Gabriel García Márquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla” ¿Cómo se recordará mañana el injusto, abusivo y arrogante cierre de Globovisión?

Jesús Peñalver

viernes, 18 de junio de 2010

LA ADULANCIA COMO VICIO Y DEFECTO.

Se pierde la capacidad de asombro con la abundante adulancia de la que hacen gala los seguidores de la rovolución roja rojita y de su líder máximo. Ya no guardan las formas, no distinguen entre bienes propios o ajenos, privados o del Estado para prodigar loas y lisonjas a Esteban de Jesús y a su proyecto expansionista; no le paran al lugar donde se encuentren, ni el momento en que deciden adular como nunca. Ya el Teatro Teresa Carreño lo han convertido en el santuario del jalabolismo oficial por excelencia; pero puede ser una plaza, o los innumerables medios de comunicación que hoy tiene a su disposición el oficialismo.
Los mismos que insurgieron contra el gobierno democrático de 1992, supuestamente para superar la corrupción, la falla en los servicios públicos, y con una carga de nacionalismo-bolivariano a rabiar, hoy no hallan que hacer para justificar tanta ineficiencia, incapacidad e incompetencia para resolver los ingentes problemas que aquejan a Venezuela; por el contrario, se han visto incrementado por la chapuza oficial, al punto que el Jefe Supremo les ha dicho: “no tengan miedo a equivocarse, estamos ensayando”. Por su parte, los degenerados, carentes de honor y con devota sumisión, no hacen otra cosa que adular, reír, celebrar las ocurrencias, y aplaudir hasta hacerse daño en las manos.
La adulancia no es nueva; de ella han disfrutado muchos dictadores venezolanos: Los hermanos Monagas, Antonio Guzmán Blanco, Cipriano Castro, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez. De modo que todos los que han jefaturado regímenes de oprobio e ignominia en Venezuela han tenido insectos rastreros a su lado; reptiles de la política dispuestos siempre a lamer suelas; bichitos rojos rojitos (en algunos casos con pasado verde verdecito) imbéciles y oportunistas que no dudan un instante, ni desperdician ocasión para jalar. Miserable papelito en esta obra de la escena nacional.
Jalar es término admitido por el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) como sinónimo coloquial de halar. Nosotros lo usamos con sentido peyorativo para señalar a los adulantes a quienes llamamos, limpio y pelado, jalabolas.
La adulancia ha existido en toda la historia de la humanidad siempre asociada a lo perverso.
Como señala Rafael Marrón González (El Correo del Caroní, septiembre 2008): El DRAE, que no registra adulante, define adular como “halagar a alguien servilmente para ganar su voluntad”. Pero el pueblo, de todo el planeta, le aplica al adulador una amplia gama de calificativos que conforman un género aparte del lenguaje coloquial, que había recogido el DRAE anterior: Chupamedias, jalamecate, lameculo, rastrero, lamesuelas, y el confianzudo jaleti, son algunos, pero en Venezuela preferimos jalabolas, que hasta “granja” tienen. La Granja Ladera.
Cuentan que un tal Vidaurre, intendente de Lima, se postraba en cuatro patas para que Bolívar pudiera subirse al alazán árabe que le había obsequiado la municipalidad.
Cuando José Tadeo Monagas preguntaba la hora, tenía cerca un adulante que le respondía:
- “La que usted quiera que sea mi general”
Un ministro al que Guzmán Blanco despidió a insultos gritados, en público, respondió, cuando iba saliendo en estampida del despacho presidencial:
-”Hasta en lo malcriado te pareces al Libertador”.
Guzmán, al que le gustaba que lo compararan con Bolívar, lo perdonó.
Otro le dijo al chaparrito Cipriano Castro:
-”Mi general, los hombres de verdad se miden de las cejas hacia arriba”.
Y como el “mono lúbrico” tenía la frente empatada con las espaldas, se sintió en las nubes.
De las jaladas al Comandante no hablaré, el espacio es poco; pero hablare de soslayo de un corregidor de Anzoátegui, cuyas loas enaltecen al gobernador - poeta; las mismas parecen estar dirigidas a lograr favores; se ve claramente el afán de reconocimiento; es indiscutible y denigrante ese arrebato enloquecido por demostrar quién es capaz de degradarse más.
Un insulto a quienes acreditaron su confianza en ese funcionario, cuya vergonzosa conducta de rastrera adulación lo hace acreedor de un premio, que habrá de crearse y denominarse en consulta al soberano “mesmo” que lo eligió. Para ser jalabolas hay que ser corrupto o mediocre o en caso extremo, ambas cosas.
Jesús Peñalver

jueves, 17 de junio de 2010

GRATEROLACHO

Descolló Graterolacho en todas las áreas del ingenio humano en que le tocó desempeñarse a lo largo de más de 50 años de productiva y amorosa existencia. A pesar del clima de intolerancia política, y de los sectores antidemocráticos que actúan desde diversos escenarios, quedó demostrado el claro, reflexivo y profundo talante libertario del Mtro Graterol. Nunca se arredró ante aquéllos que detentaron el poder, esos mismos a quienes les resulta imposible aceptar la diversidad política como signo esencial de la democracia.

Chávez prometió desenvainar espadas contra la corrupción y contra la burocracia, amen. Sería bueno también que desenfunde otras espadas para enfrentar la intolerancia y la persecución política en contra de la libertad de los medios, de los artistas y de los comunicadores en general; sin olvidar los alimentos piches, medicinas vencidas, cuentas abultadas en bancos d paraísos fiscales del exterior, las cajas de “Pandorra”, lavado de dinero, narcotráfico, y otros no menos resaltantes.

Estos y otros temas que hoy agobian a Venezuela, de algún modo se nos hacían un tanto menos pesados, cuando podíamos asumirlos auxiliados por el fino e inteligente humor de ese notable artista de las letras y del ingenio que fue Manuel Graterol Santander, y lo seguirá siendo en el buen recuerdo de quienes lo quisieron, apreciaron y admiraron en la genialidad de su talento infinito.

A riesgo de ser reiterativo en lo mucho y sentido que se ha escrito sobre El Grande Graterolacho, destaco sus méritos como escritor, poeta, creativo publicista, compositor y en fin, dueño de la palabra que nos prodigó de letras que alimentaron nuestro humor, conciencia y admiración por los más nobles sentimientos.
Con ocasión de defender los derechos sobre el signo marcario y obra de ingenio “Caballo Viejo”, y ante la pretensión de una empresa parasitaria que la explotaba identificando un producto suyo (supuesto potenciador sexual masculino), Graterolacho se refirió a las chimbas grageas así: “No se preocupen, esas pastillas son la Viagra tapa amarilla”.
Y en el Teatro Teresa Carreño contó: Un señor mayor que acudió al médico y preguntó –“Doctor, yo tengo ochenta años, puedo tomar Viagra?” –El médico replicó: “¿Sr. Usted tiene orgasmo?” –Y el anciano paciente le gritó a su esposa: “¿mi amor, yo tengo orgasmo o Rescarven”?



Cuartetas, sonetos, hermosas letras de canciones, jingles de publicidad, programas de radio y TV, su incursión en el twitter, y muchas más áreas en que se desempeñó este grande de los medios de comunicación, vivirán en la memoria de los venezolanos. Dijo bien el Dr. Simón Alberto Consavi cuando sugirió la conveniencia de recuperar los más de mil quinientos tweets que escribió El Camaleón Mayor, todos llenos de gracia, talento y profunda reflexión sobre la situación actual que vive Venezuela, a fin de su difusión.

Tenía así Graterolacho una firme posición como creador y una visión crítica propia, como la tenemos todos. Decía Aquiles Nazoa, al referirse al humor de los ingleses y compararlo al humor venezolano: “Si su sistema de vida les ha permitido a los humoristas anglosajones actuar como espectadores risueños del drama social, el de los nuestros los ha forzado a ser sus protagonistas y con frecuencia sus víctima”

A una semana de haberse ido a dormir el sueño de la tierra, al admirable protagonista del humor venezolanísimo que fue Graterolacho, van estas letras como homenaje:

GRATEROLACHO

Vaso cabal para el perfecto vino
risa total que da la inteligencia
eras tú Graterol con tu sapiencia
rima inmortal, la poesía, el trino.

Afloraba el talento y el buen tino,
en tu pluma Manuel, pura excelencia,
y en tu estampa, tu gracia, tu presencia,
el soneto, la copla, el verso fino.

Te fuiste y te quedaste Camaleón,
en tus versos, tu canto y corazón,
huella inmarcesible, la luz presente

Y en esta hora aciaga preocupante,
llevarás entre nos la voz cantante,
con tu risa y tu pluma inteligente.

Jesús Peñalver

sábado, 12 de junio de 2010

A GRATEROLACHO

Vaso cabal para el perfecto vino
risa total que da la inteligencia
eras tú Graterol con tu sapiencia
rima inmortal, la poesía, el trino.

Afloraba el talento y el buen tino,
en tu pluma Manuel, pura excelencia,
y en tu estampa, tu gracia, tu presencia,
el soneto, la copla, el verso fino.

Te fuiste y te quedaste Camaleón,
en tus versos, tu canto y corazón,
huella inmarcesible, la luz presente

Y en esta hora aciaga preocupante,
llevarás entre nos la voz cantante,
con tu risa y tu pluma inteligente.

Jesús Peñalver

Los Caobos junio 12/2010