Seamos lo que un canto
silencioso
en la noche fresca, íntima.
Hablemos
de las horas que han pasado,
sacudidas
de grito y de llamas.
No
seamos la ilusión del recuerdo
ni
el inútil rescate del olvido.
Un
pensamiento limpio de pañuelo,
la
noche oronda ofreciéndose de alcoba.
No
olvides que me gusta el conticinio
en su momento, no a deshoras.
en su momento, no a deshoras.
Voy
a dormir un poco. Si lo logro
continuaré
estos versos.
La
soledad se duerme a media noche...
Jesús Peñalver
Los
Caobos 26 de julio 2014