A SERENELLA ROSAS, IN MEMORIAM
“María Flor de Limón,
préstame tu medicina
para sacarme la espina
que llevo en el corazón”.
Jesús Rosas Marcano
El
periodismo, la gastronomía, el humor y el quehacer cultural venezolano en
general de luto: ha muerto la querida, admirada y muy bien respetada Serenella
Rosas.
Ingrata, de
suyo inesperada noticia, el hecho absurdo que arrebata la vida a un ser especial
en plena capacidad de sus dotes personales y profesionales, que nos pudo haber
dado más en las distintas áreas de su dominio, todo lo cual desempeñado con maestría,
dedicación y especial ahínco.
Comí de sus
manos, disfruté de su amistad, interesantes conversas, su amor por el oriente
venezolano, por Margarita, tierra de su padre, con quien se la relaciona
-inevitable y honrosamente- el poeta,
docente, escritor y académico Jesús Rosas Marcano, y también con Rodríguez, cariñosamente
“El Enano”, su esposo de quien había enviudado.
Dolorosa
noticia en Día de Acción de Gracia, en que la tradición reúne a las familias en
el mundo, cuando no dejo de pensar en cómo lo hubiera celebrado Serenella,
prodigiosa por sus manos, sazón y bonhomía.
Hoy, jueves
28 de noviembre, cuando se celebra el reconocido ‘Thanksgiving’, una fecha
tradicional que sigue en la historia del país norteamericano, el sino de la
vida juega esta mala pasada, y mientras la festividad se instala en las casas con
los seres queridos, juegos y actividades propias de la ocasión, que culmina en
una cena con mucha comida, hoy Serenella ha cerrado sus ojos de la forma sorpresiva
e inexplicable que hace más doloroso su vuelo.
Duele, sobre
todo por lo absurdo. “Pero así es el amor, como la muerte, que cuando va a
llegar, nadie la espera”.
Lo siento,
lo siento mucho.
Jesús
Peñalver