jueves, 15 de abril de 2010

CHÁVEZ NO ES CANDIDATO

Él sabe que no es candidato y el pueblo todo debe saberlo también: Hugo Chávez no es candidato a ningún cargo; lo que busca es ganar adeptos (los que ha perdido y los que todavía le siguen) para sus bacalaos, en razón de sus débiles opciones en términos de propuestas y popularidad. Convencido de la popularidad que aún posee, la ha puesto al servicio de sus compañeros-candidatos para que sirva de apoyo necesario a ver si triunfan el próximo 26 de septiembre.

Parece, pero no es él el candidato en las próximas elecciones a la AN, de allí la pretensión de convertirlas en una especie de plebiscito.

Buena parte del país, esa que decide en momentos coyunturales, en la chiquitica, como ocurrió con ocasión del referéndum constitucional que amenazaba con imponernos una reforma de índole totalitaria, autocrática y concentradora de poder, ya no cree en las promesas de amor del presidente ni en sus arranques de ardorosa pasión por la patria. Desconfianza mata popularidad. Amor con hambre no dura.
Si a esto se añade la inseguridad galopante, corrupción a niveles satelitales y el hediondo tufo a impunidad, sencillamente el pueblo pasará la factura de monto muy alto el próximo 26 de septiembre.

Los casos del maletín volador, el Central Azucarero Ezequiel Zamora, la floristería asamblearia, VTV trocado en Psuv televisión, el cierre de Radio Caracas Televisión, la persecución y amenazas a medios de comunicación y periodistas, los insultos a los adversarios políticos, las nefastas listas, el presuntamente amañado caso del fiscal Danilo Anderson, entre otros no menos importantes, hacen imposible que el presidente traslade su menguada popularidad a sus candidatos, cuyas flacas opciones no calarán en el ánimo del electorado venezolano.

A él se le ha atribuido el carisma y no restaremos méritos en ese sentido; pero el 23S no estaremos en el dilema de votar por Chávez o contra Chávez, no. Se trata de votar por opciones democráticas que presenten los candidatos a las curules comprometidos con el sistema de libertades y Derechos del Hombre, la eficiencia en el control del Ejecutivo, y en consecuencia, en el manejo del erario público.

El 26S el pueblo acudirá entusiasta a depositar su voto a favor de la democracia; rechazará la campaña grosera e infamante que ha emprendido el poder haciendo uso de bienes y espacios públicos (medios de comunicación y cadenas televisivas); dirá no a los candidatos oficialistas que sólo pueden andar con las muletas que les ofrece Hugo Chávez, en franca demostración de incapacidad para convencer a los electores con voz o luz propias.

Hemos oído al Presidente insultar hasta la saciedad ¿Es ese el talante democrático de Chávez? Clarito, allí tiene serias y fundadas dudas acerca del poco probable triunfo de sus ungidos; pero insistimos: Él no es candidato, no lo busquemos en el tarjetón, su popularidad no ha podido ni podrá transferirla fácilmente a sus acólitos.

Concluyo con unas letras ajenas: “La intolerancia es hoy, por hoy, el rasgo esencial del régimen que se nos pretende imponer a costa de todo tipo de arbitrariedades y desplantes totalitarios”. “… ya no se trata de un “estilo”, sino de una política y esa política debe ser derrotada so pena de convertirnos en una sociedad en la que sus pensadores, académicos, poetas o columnistas de opinión sean acallados para siempre”. (Ibsen Martínez, Tal Cual, 17-11-08)

Jesús Peñalver

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