lunes, 16 de abril de 2012

VIOLINES EN EL CIELO A Chalino, qepd!

Ha muerto el maestro Jesús Rosalino “Chalino” Figueroa. Guanape sin agua y sin violín. Los acordes al cielo, ojalá su música traiga agua.

Su violín también sumó sus notas para reclamar, con legítima razón, quizá el olvido involuntario de tantos gobernantes que han tratado, sin éxito alguno,  el viejo problema del agua de varios pueblos de Anzoátegui, olvidándose de Guanape, tan golpeado como ha sido por su tradicional sequía, que pugna ante la conciencia humana y de  la cual se ha hablado por todos los medios que ha tenido a su alcance esta comunidad y sus pobladores.

En febrero de 1992 nos tocó ocupar la tribuna de oradores de la Cámara Edilicia de Bruzual, en Anzoátegui, dos días antes de aquel infame episodio de ingrata recordación, con motivo del reconocimiento que se le confería a Chalino –así de sencillo, querido maestro- en un intento por interpretar el sentimiento de aprecio y admiración que su pueblo Guanape le profesaba, y ahora en el recuerdo imborrable de sus notas y ejecuciones inolvidables en su violín…

Dedicó Chalino toda su vida al quehacer musical con tesón y empeño, logrando convertirse en referencia obligada en esa zona de Anzoátegui, acreedor de la estima y la admiración de propios y extraños, del merecimiento del Estado venezolano al recibir subsidio de honor e invitaciones al exterior del país. Ojalá se logre reeditar las grabaciones que modestamente realizo el maestro Chalino.

Hombre fiel a la tierra de su nacimiento, excelencia  en la ejecución del violín, dicho y reconocido por expertos en la materia. Venido de humilde estirpe, de honradez y laboriosidad comprobadas, y se va y nos deja el recuerdo de su humana condición: admirable ciudadano ejemplar, afable en el trato, caballerosidad sin mácula…y su música, violines de amor.

“Desde niño tuvo afición por hacer sonar cualquiera de los instrumentos musicales conocidos  en su pueblo, tales como maracas, tambor, marimba (de remoto origen, de una sola cuerda hecha con un bejuco de esos montes y al que con cierto movimiento de la boca se le sacan las melodías deseadas), sinfonías, cuatros y guitarras grandes; ya hombrecito fue cuando pensó en que también podía tocar el violín y se propuso aprender hasta alcanzarlo”

Desde entonces, Chalino empezó a demostrar su inquietud por la música hasta que consiguió pleno dominio del violín, que junto a su recto e inquebrantable proceder ciudadano, le valió el merecido título de “Hijo Ilustre de Guanape”

Volaste en violín, violines en el cielo. Alklá arriba, maestro Chalo, junto a Jesús “Chucho” Saume Barrios, Rafael José Muñoz (el poeta Muñoz), y su “El Círculo de los Tres Soles”, Juan Manuel García, entre otros no menos prominentes guanapenses, pedirás con tu música de sublimes violines a Dios supremo, que los gobernantes de turno y los que vienen, a Dios gracias, sepan comprender a su gente y que le dispensen democrática receptividad, justa atención, humana cortesía, porque Guanape no se aferra a este recodo de un valle de muerta prosperidad, entre el cementerio de sus aguas idas y el cementerio de sus hombres muertos.

Como Chalino en la memoria gloriosa de nuestro pueblo, Guanape ardiendo de amor en nuestros fogones del afecto, porque como dijo alguna vez nuestro querido y recordado paisano,  Alfredo Armas Alfonso “Uno no vuelve a Guanape porque Guanape nunca ha dejado de estar en uno, revuelto en la saliva y en la sangre de uno, sin dejar de nombrarlo ni de sentirlo nunca como propio y legítimo”.

Se ha ido Chalino en violines, el admirable músico, el hombre de indiscutible valía moral, ejemplo verdadero de juventudes, fiel exponente de nuestro folclor, enriquecedor de nuestro acervo artístico y cultural de Guanape, el guanapense, el maestro, el amigo.

Buen viaje


Jesús Peñalver
Los Caobos 14 de abril de 2012

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