Cuando el silencio de la muda voz retumba aún más
que el tañido de campanas de piedras.
No repican las campanas de piedra,
doblan una sola vez, mientras el dolor se hace añicos..
Duro dolor de piedra, campanas que vuelan un solo vuelo
de dolor de ave herida
Cada tañido del corazón pesado de angustias
Una seca campanada da el portazo cerrando
La iglesia que llevamos dentro…
Los Caobos febrero 2007
No quiero tener de piedra
ResponderEliminarel santuario de mi pecho,
no lo quiero como el lecho
de la mal querida hiedra.
Son mis palabras excedra
donde anticipo mis miedos,
no quieras que entre mis dedos
se escurran las emociones
y vuelva en desilusiones
esos divinos enredos.
(por @_Catemay)
:))