domingo, 21 de septiembre de 2014

Rayma




A la Suprani no
la suprime nadie.

Consigno por anticipado, que se equivoca Diosdado Cabello, ese portento de la revolución (sic), cuando afirma: “Rayma es una sinvergüenza, se ha burlado del pueblo.”

Todos los mesiánicos practican esa supuesta identificación, del que manda con el pueblo, en realidad falsa. Perón y su Evita, Hitler, Stalin, Noriega, entre muchos otros, y hasta el Fidel Castro de los primeros años, manipuló al y con el pueblo.

En el caso de Fidel, y hoy su hermano, hace tanto que se le olvidó- usaron y usan al pueblo para justificar su apego al poder.

Los mesiánicos, pillos sátrapas, manipulan al pueblo para hacerle creer a los incautos esa mentira en procura de su apoyo.  Esa falsa identificación con el pueblo es la mentira para justificarse ante este, y los tiranos comienzan por creérsela ellos mismos.

Risible y vergonzoso es decir que el pueblo manda, haciendo colas y muriendo de mengua en los hospitales; haciendo colas por un paquete de harina o pote de leche y pariendo por medicinas.

Es humanamente imposible asumir, que el pueblo "hace cola para cuidar los alimentos", o se organiza para ir a comprar en grupos. ¡Cínicos!

Siguiendo los pasos del difunto, la usurpación continúa con la perversa manía de manipular las miserias del pobre. Sigue la compra-venta de sueños y conciencias.

Rayma no es lo que dice el gallero ni se burla del pueblo. Con ella debemos recordar, que el humor es inseparable de la historia, las costumbres y tradiciones, del país en cuyo seno se produce, y es reflejo de cuanto le sucede a cada persona en lo individual y al pueblo en su conjunto; y como bien lo señalara en nuestro caso el poeta Luis Pastori, el humorismo ha sido un elemento clave en la formación de la personalidad del pueblo venezolano, el cual en circunstancias difíciles suele reaccionar con expresiones festivas que le permiten sobreponerse.

Hoy, desde luego, vemos como un diario despide a la inteligencia de sus fueros; no gustó el testimonio agudo y esclarecedor de Rayma, acerca del estado en que se encuentra la salud en Venezuela, contenido en su genial caricatura.

Un dibujo desdibuja (o desnuda) para siempre, la firma en rojo sangriento de aquel milico golpista que supo, en mala hora, encarnar la suma de todos los defectos morales del venezolano.

En verdad, no hacía falta despedirla para darnos cuenta y constatar, una vez más, la intolerancia de esa cosa que nos desgobierna y de la sumisión servil de su séquito de acólitos. Las ánimas en esa esquina están haciendo lo suyo.

Ya el maestro Zapata había sido increpado por el muerto Chàvez, a raíz de una caricatura que dolió en el seno de su poder omnímodo. Y otro tanto padeció el inteligente Eduardo Sanabria, Edo, cuando la gallera (perdón, asamblea) pretendió abrir una investigación por uno de sus siempre geniales trabajos.

El sufrimiento es una miseria y exaltarlo una perversión más. Y en eso anda o continúa la barbarie usurpadora, suerte de heredera de aquella pesadilla que encarnó el golpista.

Trazas de amargura y resentimiento, eso genera el trazo inteligente de una caricatura, formidable instrumento para describir nuestras angustias y desesperanzas, o nuestros anhelos y propósitos por un mejor porvenir.

Y en todo caso, señor Diosdado Cabello, yo también quiero ser "sinvergüenza" como Rayma Suprani, nunca como usted.




Jesús Peñalver

2 comentarios:

  1. Ay Diosdado, Ay Diosdado
    ¡vaya nombre tan disperso!
    para un sujeto perverso
    que lo que posee, es robado.
    Parece que está alterado
    porque se declara en prensa
    que es general e indefensa
    la salud en Venezuela
    y opina sin más cautela
    que es Rayma la sinvergüenza.

    Y si así me lo dibuja;
    así le daré color
    porque sobra pundonor
    cuando la insolencia empuja.
    Quiero a su mente granuja,
    que no sabe de vergüenza,
    aclararle que la ofensa
    sería aceptar el bozal
    y no denunciar el mal
    de esta nación hipertensa.

    Dedos de pincel certero
    sin vergüenza y muy directa,
    chispeante mente insurrecta
    porque su ingenio es mortero.
    Yo, por la presente quiero
    declararme sinvergüenza
    si siento como ella piensa
    y pienso de forma justa...
    ...Porque tanto humor asusta
    como sea su culpa extensa.

    Atte,
    La desvergonzada Carmen Teresa Macareño

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