domingo, 14 de octubre de 2012

ENIGMA



Sobre el más alto monte divagando

contemplo treinta cruces.

Y acostado en las bestias de la tarde

se me hunden como espadas los recuerdos.

Cuando  enciendo los ojos al regreso

de mis terribles hados,

hay algo en mis orígenes que no logro entender:

Treinta cruces de pino,

Un coleóptero muerto, disecado,

dos orquídeas de nácar

y una señal efímera.

Artajerjes Muñoz, 1965

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