Cuando
el cuerpo se llena de sonrisas,
se
desborda de risas hasta el alma,
el
ritmo del reloj pierde la calma
y
del amor renacen las cenizas.
El
mar y el viento en sus salinas brisas,
sin
pedir permiso bailan la palma,
con
leve mueca el corazón se ensalma
y
late enamorado con sus prisas…
que
nada lo detiene, y de igual modo,
corre
a llenarse de sonrisas todo
hasta
pulsar felices carcajadas…
hasta
el instante en que serenamente,
junto
al suyo siente lo que el cuerpo siente,
de
luces y sonrisas sus cascadas.
Jesús
Peñalver
No hay comentarios:
Publicar un comentario